14.11.09
Pensar nuestra historia como una dialéctica de aprender y ser aprendido podría resumir todo lo que me enseñaste, lo que te llegue a idealizar, el personaje en que te convertí. Te puse en un pedestal, creí que todo lo que me decías era verdad. Aprendí a madurar con vos, por eso hoy en parte pienso como pienso. A pesar de que no siempre coincidimos, ni siquiera llegamos a un acuerdo sé que mucho de lo que digo tiene reminiscencias tuyas. Hasta alli llegó tu influencia porque no supimos que hacer con lo que se veía venir, e ilusa de mí no me llegué a anticipar. Revolucionaste mi cabeza y por eso te estoy infinitamente agradecida, ocurre que también llegaste al corazón... no se si puedo agradecerte, no salí tan bien parada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario