
Te regalo mi cintura, y mis labios para cuando quieras besar. Te regalo mi locura, y las pocas neuronas que quedan ya. Mis zapatos desteñidos, el diario en el que escribo. Te doy hasta mis suspiros, pero no te vayas más. Te regalo mi silencio, te regalo mi nariz. Yo te doy hasta mis huesos, pero quédate aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario