Temía al dolor, pero me dí cuenta que es necesario para crecer, para hacerme fuerte. Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí misma. Pero sobre todas las cosas temía al pasado. Hasta que comprendí que no podía herirme más, que sólo puede regresar en forma de recuerdos, por lo tanto, el pasado se va. Se recuerda, te hace daño, pero el pasado siempre acaba yéndose.
26.12.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario